Esta colección de cuadernillos constituye la primera edición de las obras de Tomás Luis de Victoria, uno de los grandes creadores de la música occidental. Preparó su publicación mientras se encontraba en Roma desarrollando una intensa labor profesional. Ejercía entonces como “cantor” y responsable de la música para la iglesia aragonesa de Santa Maria di Monserrato, lugar para el que seguramente crearía alguna de las obras de la colección. También se encargaba de enseñar canto llano y otros rudimentos musicales a los convittori del Colegio Germánico y probablemente ayudaría a cubrir las demandas musicales de su protector, el Cardenal Otto von Waldburg, gran melómano a quien dedica este excepcional conjunto de 33 composiciones.
El Cardenal había sido consejero de Carlos V e influyente teólogo en el Concilio de Trento. Poseía capilla privada regida por Jacubus Kerle, el creador de las famosas preces interpretadas durante el Concilio de Trento, pero en 1565 tuvo que deshacer del conjunto por “deudas”. Retornó a Roma en 1568 y desde entonces no está claro que rehiciera su capilla, pero sí parece lógico que conociendo el débito que sentía Victoria hacia él – dice: “desde el momento en que me tomasteis [refiriéndose al Cardenal] bajo vuestra protección no habéis eludido absolutamente nada que pudiera contribuir a mi desarrollo y progreso”- le ayudara a cubrir sus necesidades musicales, bien fuera de manera puntual o más continuada.
Preparó su publicación mientras se encontraba en Roma desarrollando una intensa labor profesional.
La valía del contenido del libro viene ratificada por las sucesivas reediciones de todas sus composiciones, las menos lo han sido 5 veces (en lugares diversos como Roma, Milán, Dillingen, o Madrid) y las que más ocho, como las dos antífonas marianas que cierran la colección. Llamadas en conjunto motetes, son composiciones con texto latino y en este caso religioso que podían interpretarse dentro de la Misa, por ejemplo durante la Consagración o en la Comunión, pero también en otros rezos o ritos como el devocional de la Salve, o durante los maitines de Semana Santa, como el caso de los dos dedicados a la Pasión: Vere languores y O vos omnes.
De esta primera colección que aportó fama y reconocimiento a Tomás Luis de Victoria, en la actualidad tan sólo se conservan cuatro copias, dos de las cuales contienen los libritos de las tradicionales 4 voces en vez de los 6 del conjunto. Con ellos se puede interpretar las catorce primeras obras de la edición, por lo que se debe considerar que quizá ni en Santa Ana de Ávila ni en la catedral de Valladolid se contara nunca con más.
Cada cuadernillo contiene 52 páginas con música, precedidas de tres sin paginar. La primera de éstas, la portada, recoge el título y los datos de su edición en Venecia a cargo de los Hijos de Antonio Gardano, en 1572. Entre ambas informaciones se sitúa el escudo del Cardenal Otto von Waldburg, Y en la tercera de las hojas sin paginar aparece el índice del contenido de cada cuadernillo.