En el año de 1585, Tomás Luis de Victoria (Thomé, como gustaba llamarse) inició su viaje de vuelta desde Roma a España. Este traslado, que afronta cargado de expectativas tras los 20 años que llevaba residiendo en la Ciudad Eterna, marcará un antes y un después en su biografía. A pesar de la posible (y en todo caso puntual) “escapada a Roma” que realizara con posterioridad, se trató de un viaje sin retorno.