UNA NUEVA MIRADA SOBRE LOS MOTETES DE VICTORIA DE 1572
El Centro de Estudios Tomás Luis de Victoria inaugura la edición de la obra del autor que le da nombre, con la de los catorce motetes a cuatro voces de su Motecta que partim quaternis, partim quinis, alia senis, alia octonis vocibus concinuntor (Venecia, 1572). De esta forma se pretende poner a disposición del interesado una edición de calidad, en la que se aúnen el rigor científico y la declarada intención de servir para su ejecución musical. Como toda publicación, la Nueva Edición Victoria (NEV), es hija de su época. Cabe destacar así en primer lugar que ha sido ideada desde su origen y desarrollada con el específico destino de ser ofrecida online.
Parece lógico que la NEV comience por el principio: con las primeras obras contenidas en la edición prínceps del compositor. Con mayor razón por cuanto constituyen un grupo de creaciones valoradas y ampliamente interpretadas a lo largo de los siglos. En vida de Victoria formaron un corpus casi estable, que se reimprimió hasta seis veces en diversas ciudades del orbe católico (Vid. Anexo al “Aparato Crítico”). Con el transcurrir de la historia y ya desde el siglo XVII, estos motetes -unos más que otros- han sido copiados en muy diversos formatos, lo que da muestras de su pervivencia incluso antes de ser reintroducidos por el movimiento cecilianista de finales del siglo XIX. A partir de la centuria pasada y hasta la actualidad también se han grabado y, por supuesto, difundieron a través de Internet. Un ejemplo: actualmente (3/2/16) en Spotify se puede encontrar como mínimo dos versiones de cada uno de ellos.
La longevidad de este repertorio permite constatar cómo su música se ha ido adaptando a los gustos de cada época. De ahí nace nuestra declarada intención de centrar este trabajo en las primeras obras publicadas del compositor, que muy probablemente él mismo seleccionó. A partir de este objetivo se fue construyendo el “Aparato Crítico” puesto a su disposición, elaborado con profundidad y cuidado. Asimismo, precediendo a cada composición, ofrecemos información complementaria de cada pieza. La explícita intención de todo ello es la de facilitar al intérprete la comprensión de la obra.
Entre dicha información ofertada para cada pieza se halla el texto motetístico recogido de diversas maneras: el enunciado bajo el epígrafe “Impreso 1572” lo reproduce tal como está en la edición de Victoria, respetando las unidades músico-textuales creadas por el abulense en su composición. A partir de él, que no es otra cosa que la “lectura” particular del texto que hiciera Victoria, hemos confeccionado nuestra propuesta de traducción al castellano. Incluimos, además, los textos canónicos de los motetes en latín, seleccionados de entre fuentes cronológicamente precedentes y lo más cercanas posible a la impresión del Motecta (1572), elegidos siempre de entre fuentes disponibles online que permitan su libre consulta. Pensando en su mayor difusión proporcionamos, además, traducciones de los textos al inglés, igualmente disponibles de forma abierta en la red (hasta donde ha sido posible).
Aunque nuestra mirada se ha centrado en los Motecta de 1572, no hemos pasado por alto los restantes impresos publicados en vida de Victoria que contienen estas creaciones. Por ello se han reseñando en el “Aparato Crítico” de cada motete todas las variantes de texto y música localizadas al respecto.
Ciertamente no son pocas las ediciones que nos han precedido y a las que desde aquí deseamos brindar un merecido homenaje. Algún motete ya estaba recogido en la referencial impresión de Karl Proske, Musica Divina (Pustet, Ratisbona, Alemania, 1853-76). A inicios del siglo XX, Felipe Pedrell ofreció el corpus íntegro de los motetes, conformando la emblemática Opera Omnia. Tomae Ludovici Victoria Abulensis (Breitkopf und Härtel, Leipzig, 1902-13), que serviría de modelo a las posteriores Opera Omnia europeas. En la década de los sesenta, Samuel Rubio e Higinio Anglés, de manera quasi simultánea, reeditaron estas composiciones conforme a los nuevos gustos de época. Sin duda la propuesta de este último, que formaba parte de la nueva Opera Omnia de Victoria publicada por el CSIC, ha sido la de mayor difusión hasta el presente. Más recientemente, en 2009, Adriano Giardina centró en estos motetes su tesis doctoral, ofreciendo una edición en partitura de los mismos sin “anotar o suprimir nada por parte del editor», tampoco las alteraciones necesarias relativas a la musica ficticia.
Tomando en cuenta todo el trabajo precedente, nuestra edición posee un carácter propio, resultado de aunar la investigación y la práctica. Éste podrá percibirse, por ejemplo, en las diferencias sonoras, rítmicas y textuales en relación con las diversas ediciones musicales que la han precedido. Aun cuando dichas modificaciones no sean cuantitativamente numerosas, podrá constarse que sí son cualitativamente relevantes y, como resultado, aportan identidad al conjunto.
Finalmente debo mostrar expresamente mi agradecimiento a João Figueiredo quien, como candidato ganador de la beca Abvlensis 2015, ha desarrollado un magnífico trabajo en esta edición. Asimismo dedicamos nuestro mejor reconocimiento a las instituciones públicas y privadas que nos ayudan a continuar un año más con la convocatoria de esta beca, que se ha demostrado tan fructífera.
SOTERRAÑA AGUIRRE RINCÓN
Responsable de la Edición